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LA UNIÓN CIVIL SEGÚN BULLARD

Y COMO ENTENDER LA UNIÓN CIVIL DESDE EL DERECHO POSITIVISTA Y LO TORCIDO NEOLIBERAL

Educador y especialista en Teoría del Conocimiento

ALDO LLANOS MARÍN

Publicado: 2014-04-21

A pesar que el debate congresal ha sido pospuesto para después de mayo la cosa en las redes sociales se ponen cada vez más emocionantes. Más personas empiezan a opinar desde sus trincheras y profesiones, ¿y por qué no?, desde sus gustos y opciones personales.  

Siempre es bueno avivar el debate porque en medio de una maraña de discursos a favor y en contra, a cualquier persona intelectualmente honesta le será más fácil recoger los fragmentos que le permitan alcanzar la verdad de las cosas. No Bullard, no Kogan, no se trata de tu verdad ni la mía, sino de aquella que nos está esperando, que nos convoca, ya que esto no es un teatro desde el teatro ni tampoco el concurso de los imitadores de la verdad. Este es el punto de partida de un emocionante viaje.

El breve artículo de Bullard puede dividirse en dos partes claramente marcadas. En la primera parte muestra de modo práctico el origen de los enunciados que se proclaman desde la libertad mientras que en la segunda parte deja ver el corazón de su pensamiento en cuanto muestra el núcleo de la libertad tal como él lo entiende y lo ha hecho entender.

En ambas partes se revela perfectamente su razonamiento y eso pretendo analizar para proponer que el derecho positivo de tinte neoliberal (derecho positivista) no es la mejor herramienta para sancionar, sin reduccionismos antropológicos ni sesgos ideológicos, una Unión Civil del tipo homosexual.

Análisis de la I Parte:

PROBLEMA REVELADO: Bullard parte de la libertad como un tener de la voluntad.

PROPUESTA DE CORRECCIÓN: La libertad no es un tener o propiedad de la voluntad, sino es trascendental, un acto del ser. La libertad no es una realidad que el hombre tiene, sino que es.

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Bullard parte de un error histórico: cree que el ascenso al poder de Hitler tuvo un origen democrático; pero este error no tendría mayor relevancia si la intención no fuera otra que estirar la comparación entre el purpurado Cipriani con el sulfurado Hitler. Venal.

COMPARACIÓN BULLARDIANA

A continuación argumenta el problema de la mayoría como ente normalizador de las relaciones sociales con los consecuentes problemas que conllevaría esto. A primera vista acierta:

“… Hoy sabemos que la democracia electoral no es necesariamente civilización. El punto de partida de lo civilizado no es el gobierno de la mayoría sino los derechos fundamentales de las personas…”

Suena bien, pero, no ha eludido el problema de la “mayoría”, porque argumenta contraponiendo mayoría con minoría como si la libertad fuera una cuestión de empoderamiento, de quién tiene –en clave de posesión- mayor libertad. Él mismo alarga el problema que quiere zanjar porque de su mismo texto surge una pregunta obligatoria:

Los que determinan esos derechos fundamentales, ¿son una mayoría o una minoría?

Si la respuesta fuera una mayoría, entonces estaría contradiciéndose. Si la respuesta fuera una minoría, entonces surge una nueva pregunta:

¿Quién me asegura que esa minoría sabrá determinar bien que es un derecho? (Entendiendo derecho como un bien inherente a la persona humana).

Luego Bullard prosigue argumentando:

“… Las democracias valen más no por cuanto se respeta la decisión mayoritaria, sino por cuanto se protege a las minorías que la integran…”

Esta es una frase de eslogan, sino, ¿todo se reduce a proteger a las minorías? Si ese fuera el caso podría argumentarse burdamente: Protejamos (entendiéndose “proteger” como “no molestar”) a los pederastas organizados, al partido de los skin heads cholos, a los senderistas agrupados y a los fieles de Carlitos Manson versión lorcha ya que estos son una minoría. Entonces, se me respondería inmediatamente: ¡Que no es lo mismo!, porque en estos burdos ejemplos se resaltan grupos de accionar delictivo, es decir, grupo que realizan acciones moralmente reprobables.

SOLO EL CONCEPTO DE "MINORÍA" NO JUSTIFICA MODIFICACIONES LEGALES

¡Muy bien!, ¡era lógica esa respuesta!, y es que si se dieron cuenta, no se trata de privilegiar solo porque sí a la minoría sino que para esto debe realizarse una valoración moral de los actos desde sus fundamentos para que esta minoría pueda ser amparada por la ley.

Aquí no tiene nada que ver el amor por la raza cobriza de los neonazis peruchos o el fervor religioso a la hoz y el martillo de los senderistas, se trata más bien de las conductas que se desarrollan bajo los discursos de amor y fervor respectivos.

Por eso aquí se entiende mejor que la política, como sus políticas, son necesariamente una continuación de la ética para que pueda legislarse sobre una verdadera libertad, ya que la política se ejerce por la mejoría de los ciudadanos. Ahora, “mejorar a los ciudadanos” no significa que a estos se les deba concederles todos sus caprichos para que “la pasen bien”, sino en que estas políticas deben ayudar a que los hombres sean cada vez más Hombres. Este es el verdadero bien común. Fomentar cualquier cosa no es libertad alguna puesto que esto no es más que un ridículo desconocimiento de lo que es una persona humana.

Para finalizar la primera parte, Bullard arremete contra la religión:

“… Cuando Cipriani dice que el derecho a reconocer el matrimonio o la unión civil entre personas del mismo sexo debe quedar sujeto a un referéndum, comete el mismo error conceptual (y humano) que dio origen al copamiento del poder en la Alemania nazi. Cree que si una mayoría religiosa considera que algo es inmoral, está en capacidad de imponer su moral a todos los demás…”

Aquí hay que separar la paja del trigo. No se debe insistir con la idea del referéndum, porque ninguna verdad puede ser sometida a lo que diga una mayoría. El cardenal valientemente lanzó esta propuesta sabiendo que por este medio la Unión Civil no se daría ni de asomo, pero, ¿y si estuviésemos en… ¡Holanda!? pues quizás perderíamos y no solo eso, esta situación reforzaría aún más la dictadura del relativismo. Como lo dije en un artículo anterior, esto sería la prostitución de la razón por los cafichos de la democracia sex house.

Pero otra cosa es que una mayoría religiosa quiera imponer su moral a los demás. La imposición por la fuerza es violentar la naturaleza de las cosas, de acuerdo, pero ¿impondremos en nombre de la no-imposición que la Iglesia cierre el pico en todo lo que tenga que ver con moral?, ¿así lo quiere Bullard?, no lo sé, pero ese estribillo se lee mucho en páginas muleras, ¿o es que la religión cristiana con más de 2 000 años de antigüedad no tiene nada que decir sobre la moral de occidente siendo esta religión raíz de toda la cultura occidental?, ¿acaso cree Bullard que la religión cristiana no tiene nada que decir sobre el asesinato de niños por nacer, niños sin voz ni voto?, ¿acaso cree Bullard que en nombre de la no-imposición debemos imponer a la sociedad que un niño no tenga derecho universal de tener un padre y una madre?

Esto revela la fragilidad y doble moral de los humanismos sin Dios, que lejos de donar libertades a los hombres terminan siempre por recortarlas a unos en beneficio de otros. Esta es la “banalidad del mal” que denunciaba Hanna Arendt, este es el “drama del humanismo ateo” que denunciaba Henri de Lubac. Repasemos algunas “libertades” que favorecen a los homosexuales (claro, mirando hacia abajo para ver quienes se quedaron bajo sus zapatos de plataforma) ¡Te lo digo con el taco!:

1.- En España el parlamento de Andalucía aprobó una ley que permite a los niños “cambiarse de sexo” en las escuelas. Por medio de esta ley se obliga a las escuelas a tratar a los escolares según el sexo que estos deseen, estableciendo en los documentos oficiales el nombre elegido por los alumnos sin importar si corresponden al género real sin tener en cuenta la opinión de la comunidad educativa. ¿Esa es la “libertad” que pretende Bullard?

2.- En EEUU Brendan Eich, cofundador de Mozilla y también creador del lenguaje de programación JavaScript, donó mil dólares a favor de la Proposición 8 en California, una iniciativa legal que buscaba definir el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer. Esto le costó el ataque de activistas homosexuales que demandaron su despido o renuncia, desde el día siguiente a su ascenso a CEO, el 25 de marzo de 2014. Finalmente, el 3 de abril Eich fue obligado a presentar su carta de renuncia. ¿Esta es la tolerancia de la libertad que pretende Bullard?

3.- Los Boy Scouts de Estados Unidos (BAS), ya no cuentan con la ayuda financiera que solían recibir de la compañía Walt Disney, debido a que su norma interna no permite que un homosexual sea nombrado líder dentro de los grupos. Esta decisión llevó a que los BAS pierdan también financiamiento de empresas como Intel, UPS y Caterpillar, restringiendo en muchos lugares su importantísimo trabajo en favor de la niñez y la juventud norteamericana. ¿Esta es la libertad que futuriza Bullard?

4.- En Colombia la Secretaria de Educación de Bogotá firmó un convenio de colaboración con la Fundación “Generación Colombia” para impartir ideología homosexual –LGTB- en las aulas. El objetivo según su página web era “generar transformaciones (…) en el contexto escolar”. ¿Harías realidad el sueño de Ricardo Cuenca, Bullard?

5.- En Francia, el 18 de octubre del año pasado, el Consejo Constitucional advirtió a los alcaldes que están obligados y presidir los mal llamados “matrimonio” homosexuales, instituidos por el gobierno de Francois Hollande. La negativa de un gran número de alcaldes y concejales franceses de avalar estas uniones llevó a que el ministro del Interior de Francia, Manuel Valls, los amenazara en junio de este año con que podrían ser condenados por discriminación, en caso de que fueran demandados. La pena por discriminación implica hasta tres años de cárcel y 45 mil euros de multa (61 mil dólares, aproximadamente). Los funcionarios municipales también correrían el riesgo de ser destituidos o suspendidos de su cargo. ¡Cuánta “libertad", Bullard!

6.- En Suecia, donde hay uniones homosexuales desde 1995 -con adopción de niños desde el 2002-, se decretó pena de cárcel para un pastor pentecostal que predicaba con las epístolas de San Pablo sobre la homosexualidad. ¿A eso quieres llegar Bullard?

Solamente hay una expresión para estas “libertades” Bullardianas y más: ¡No me jodan!

Pero Bullard sigue:

“… El paso siguiente es sencillo. Si una mayoría religiosa cree que las demás religiones están equivocadas, puede imponerles que dejen de creer en lo que creen. Del plebiscito mayoritario sobre derechos individuales al totalitarismo hay solo un paso…”

De acuerdo a lo visto anteriormente ¿No será el enunciado al revés?

OH SÍ, según MVLL ESTO NO ES BARBARIE, ES "CIVILIZACIÓN" (marcha del orgullo gay PARÍS 2011)

Análisis de la II Parte:

PROBLEMA REVELADO: Bullard parte de la libertad de (todo lo que se oponga a mi voluntad, claro, “sin causar daño a nadie”)

PROPUESTA DE CORRECCIÓN: En cuanto al crecimiento de las personas como tales es corto hablar de libertad de, por lo que hay que enfocarla como libertad para (todo lo que me y nos hace más personas)

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La igualdad como concepto no puede ser prostituido por la ideología homosexualista.

¿Por qué el símbolo de la justicia –la mujer de ojos vendados- posee una balanza de platillos al mismo nivel en la mano? Porque eso quiere significar que la justicia debe tratar a todos por igual.

Aquí en La Mula muchos muleros poseídos por una decadente marximanía, abogan cual groupies del PCP–pop, por una sociedad “libre, justa y democrática” entendiendo la libertad como libertad de -y no como una libertad para-, de la cual se haría un uso tan profundo al mejor estilo de Steve-O mientras que la justicia no se entendería como igualdad, sino como su versión Venom: el igualitarismo.

Ellos reflejan el percudido que las lecturas del derecho positivo puro y duro dejan en los razonamientos.

Es cierto, se puede y se debe partir de la libertad y la igualdad como soporte de los ordenamientos jurídicos más progresivos (que no es lo mismo que “progresistas”) ya que estos conceptos compendian aspectos importantes del hoy olvidado Derecho Natural pero sin confundir los conceptos bajo manipulación ideológica.

Me explico su señoría:

La igualdad de la justicia no es la igualdad de los fans enamorados del igualitarismo, para quiénes, portadores del VIIH (Virus de Insuficiencia Intelectual Humana) léase SOCIALISMO, consistiría en dar a todos lo mismo. Ellos tienen toda la libertad de poner sus afectos políticos en esto, pero esto NO ES LA IGUALDAD DE LA JUSTICIA. Esta conceptualización de la justicia es solo una aspiración política y no una exigencia de la justicia misma. Entonces ¿Cuál es la igualdad propia de la justicia?, pues la igualdad que definieron los juristas romanos y que hasta la fecha nadie ha sido capaz de superar de modo convincente y concluyente: DAR A CADA UNO LO SUYO. A todos se trata igual porque a todos se da lo que les corresponde.

Entonces no faltarán los paladines de la justica caviar y dirán: ¿Cómo?, ¿y las terribles diferencias sociales de nuestra sociedad? ¿dar a cada uno lo suyo no agrava precisamente las desigualdades en nuestra sociedad? Pues bien, para resolver estas interrogantes hace falta el Derecho Natural.

Si Bullard y demás lectores del derecho en lugar de quedarse en el derecho positivo, como lo hacen los positivistas, interpretaran el derecho a la luz del derecho Natural, todo podría encaminarse hacia una sociedad más justa. Esto es muy viable en el Perú sin la necesidad de parejas imaginarias, flashs mobs en las catedrales, el triunfo de un partido terrícola-libertario “sandía” (verde por fuera pero rojo por dentro) o la asunción a la presidencia de “Techito” Bruce.

En derecho, igualdad (justicia) no es igualitarismo (ideología progre) ya que si esto fuera así preguntas tan sencillas como: ¿si todos somos iguales entonces porque no ganamos todos los mismos sueldos? o ¿si todos somos iguales, porque no todos los enfermos reciben el mismo tratamiento?, serían fáciles de responder.

EN DERECHO, IGUALDAD NO ES SINÓNIMO DE "IGUALITARISMO"

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Estimados amigos del planeta Bullard, la sociedad no podría subsistir en la medida en que proliferen aquellas uniones, porque en ellas se encuentra la negación del mismo sistema de parentesco, basado en la diferenciación y consiguiente complementariedad sexual, contemplada en el Derecho Natural, aunque políticamente se puedan admitir algunas relaciones humanas de convivencia, sean homo o heterosexuales, que puedan recibir algún tipo de protección jurídica.

En todo caso habría que re-formular algunos párrafos del Proyecto de Unión Civil porque, aunque en las uniones homosexuales no se dé una relación familiar propiamente dicha, esto no impide que en ella se puedan descubrir relaciones de justicia que merezcan tutela y protección, aunque ¡¡¡esta protección no se otorga –ni se debe otorgar-, por razones sexuales!!!, sino por estricta justicia conmutativa de orden patrimonial. ¿Por qué el proyecto debe ser corregido para no figurar como una relación familiar propiamente dicha? Porque en las uniones homosexuales no hay una realidad “matrimonial”, sino “patrimonial”. Ojalá podamos salir de esta ignorancia como "estado natural", según la antropología Bullardiana, para quién no interesa que son las cosas sino como son: Derecho positivista y torcida neoliberal.

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Escrito por

ALDO LLANOS MARÍN

Disfrutando del placer de buscar y alcanzar la verdad.


Publicado en

La dictadura del relativismo

Analizando el origen, sentido y finalidad de esta sin razón disfrazada de intelectualismo.